EL VIBRATO SEGÚN LEOPOLD MOZART
Es bien conocido el importante papel que Leopold Mozart (1719-1787) desempeñó en la vida personal y profesional de su hijo Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791). Quizá sea menos conocida la importancia de la obra pedagógica del padre, recogida en su tratado Versuch einer gründlichen Violinschule (1756), en la educación musical y estética del hijo, ya que fue la fuente de información más accesible de que dispuso Wolfgang en sus primeros años.
Se trata, sin duda, de uno de los textos más importantes sobre la interpretación y la enseñanza del violín jamás escritos. También es un libro fundamental para cualquiera que quiera comprender los postulados estéticos que empezaron a dominar después del Barroco, así como los principios más básicos de la técnica instrumental que prevaleció en los periodos Barroco y Clásico. Se trata de una obra didáctica que tuvo una gran repercusión en su momento, sobre todo porque combinaba rasgos de las tradiciones violinística alemana e italiana, algo poco frecuente en este tipo de manuales. En general, es una obra agradable de leer; de hecho, muestra un sentido del humor muy fino a lo largo de toda la obra, y aunque el autor se expresa a veces en un tono crítico y duro, sus explicaciones y análisis son claros y precisos.
En este artículo, me gustaría compartir algunas de mis impresiones sobre las recomendaciones sobre el vibrato que Leopold dejó en este texto. Entre las recomendaciones más importantes está aquella en la que defiende que "el vibrato es un ornamento natural y debe ser tocado no sólo por los instrumentistas, sino también por los cantantes inventivos en las notas largas". En otras palabras, la norma sobre el uso del vibrato, que de hecho es una tradición que se remonta desde el Barroco hasta el Clasicismo, exigía explícitamente que se utilizara de forma oportuna y con un claro propósito expresivo, como crear tensión en determinados momentos musicales. Esto se refleja en el siguiente comentario "las notas finales o sostenidas pueden embellecerse con vibrato".
Leopold defiende así la regla barroca de utilizar el vibrato como ornamento: "Puesto que el vibrato no permanece fijo en una nota, sino que suena ondulante, sería un error tocar todas las notas con vibrato". Esto, como sabemos, contradice la tradición violinística actual, según la cual el uso de un vibrato continuo no sólo no es un error, sino que es estéticamente bienvenido. Sin embargo, no debemos olvidar que hubo violinistas en los periodos Barroco y Clásico que vibraron continuamente, como señala Leopold Mozart en su libro: "Hay algunos intérpretes que vibran continuamente con cada nota, como si sufrieran temblores crónicos". La gran diferencia de este comentario es que esta práctica se consideraba de mal gusto en la época.
Leopold distingue tres tipos de vibrato: lento, ascendente y rápido. (a) El vibrato lento implica un amplio rango de vibración (del dedo) de la nota que queremos hacer vibrar. En cuanto a su ejecución, precisaría que los gestos de vibrato pueden distinguirse entre el movimiento de la muñeca o el movimiento del antebrazo. (b) La oscilación creciente se define como una fluctuación que va de un ritmo lento a otro más rápido, "como si pasara del tiempo de la corchea al tiempo de la semicorchea". En este caso, y aunque no se explica en el tratado, su ejecución implica que los gestos de la vibración del dedo, la muñeca y el antebrazo reducen gradualmente el movimiento del antebrazo. (c) La oscilación rápida, que Leopold menciona pero no explica, es aquella en la que el intervalo de fluctuación es menor. En este caso, su ejecución combina, por un lado, la activación rápida del dedo correspondiente con un movimiento ligero pero intenso de la muñeca, pero no del antebrazo.
En el contexto de una cadencia, Leopold menciona el uso de varios tipos de vibrato. En particular, se refiere al momento al principio de una cadencia "del tipo que se improvisa de forma personal al final de un solo". En estos casos, advierte que es habitual mantener una nota, que puede ser la tónica o la dominante, y que debe aplicarse un vibrato creciente a esta nota mantenida. Añade que esta nota debe atacarse suavemente y luego aumentar hasta la mitad de su duración, "de modo que la mayor acentuación coincida con el comienzo del vibrato más rápido", antes de terminar suavemente.
El impacto de las recomendaciones sobre el vibrato de Leopold Mozart en su hijo, Wolfgang Amadeus Mozart
Las enseñanzas de Leopold tuvieron un impacto significativo en el desarrollo de su hijo como músico. Wolfgang Amadeus Mozart fue un compositor muy hábil e innovador que utilizó ampliamente el vibrato en sus composiciones. Su uso del vibrato contribuyó a crear un sonido más emocional y expresivo.
La importancia de los instrumentistas de cuerda históricamente influyentes en el desarrollo de las técnicas de vibrato
El uso del vibrato en la interpretación de la cuerda tiene una larga historia que se remonta al Barroco. Más tarde, instrumentistas de cuerda históricamente importantes, como Niccolò Paganini y Josef Joachim, desarrollaron técnicas nuevas e innovadoras para utilizar el vibrato en su interpretación. Experimentaron con distintas técnicas de dedos y arco para producir un sonido más variado y expresivo:
Paganini utilizaba un vibrato rápido e intenso para crear una sensación de virtuosismo.
Joachim utilizaba un vibrato más sutil y matizado para crear un sonido más cálido y expresivo.
El vibrato y su uso continuado en la época moderna
En el siglo XX, el vibrato se ha convertido en una de las técnicas más utilizadas en la música clásica moderna. Este tipo de vibrato consiste en una oscilación muy rápida y continua del tono que crea un efecto de temblor en el sonido. También es popular en el jazz, el blues y la música rock, donde lo utilizan mucho los guitarristas y otros instrumentistas de cuerda.
Preguntas frecuentes
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Después de que Leopold Mozart escribiera su tratado en 1756, en general los violinistas siguieron utilizando el vibrato como ornamento. El vibrato continuo utilizado en la interpretación moderna del violín no era habitual, y los instrumentistas de cuerda solían tocar con vibrato limitado o sin él.
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El vibrato es una técnica en la que el intérprete hace oscilar la afinación de una nota variando la presión de los dedos sobre la cuerda, creando una ondulación natural en el sonido. El trémolo, en cambio, consiste en mover rápidamente el arco de un lado a otro de la cuerda para crear una repetición continua y rápida de una sola nota.
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Leopold Mozart, en su tratado, mencionó que el vibrato de dedo debía utilizarse con moderación, ya que se consideraba un ornamento en la interpretación del violín. Recomendaba utilizarlo en notas largas o para ayudar a la entonación, pero no en todas las notas ni como una técnica que debiera aplicarse continuamente.
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En la época barroca, el uso del vibrato era selectivo y menos generalizado que en periodos posteriores. Los músicos de cuerda se centraban más en los ornamentos como trinos y apoyaturas. En la época romántica, el vibrato continuo se hizo más común, contribuyendo a la calidad tonal más rica que caracteriza la música de ese periodo.
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El vibrato puede ayudar a mejorar la entonación al crear una onda perceptible en el tono que puede enmascarar en cierto modo pequeñas imprecisiones. Sin embargo, un uso excesivo del vibrato puede dificultar una entonación adecuada. Por esta razón, a menudo se aconseja a los violinistas que practiquen pasajes sin vibrato para garantizar una entonación correcta.
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Tanto Geminiani como Tartini, famosos violinistas del Barroco, defendieron en sus tratados el uso del vibrato como ornamento. Recomendaban utilizar el vibrato de forma selectiva, en lugar de continua, en notas largas sostenidas o expresivas para imitar la voz humana y crear más profundidad emocional.
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Sí, hay distintos tipos de vibrato que los violinistas pueden utilizar en función del efecto deseado. El tipo más común es el vibrato mixto, que a su vez puede subdividirse en vibrato de brazo, de muñeca y de dedo. También existe el vibrato de arco, que es una técnica menos común que implica cambios sutiles en la presión o posición del arco para crear un sonido vacilante.
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Practicar sin vibrato es importante porque ayuda a los violinistas a centrarse en la precisión de la afinación, la calidad del tono y la entonación. Al eliminar el vibrato, el intérprete puede identificar mejor cualquier problema con estos elementos y trabajar para mejorarlo. Una vez dominado un pasaje sin vibrato, el músico puede reintroducir el vibrato para añadir expresión y emoción.
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En el Barroco, el vibrato se consideraba principalmente un ornamento, y se utilizaba con moderación y de forma selectiva. Sin embargo, a medida que la música se adentraba en el periodo Clásico, el uso del vibrato se extendió gradualmente, y algunos instrumentistas de cuerda empezaron a adoptar un vibrato más continuo. La técnica siguió evolucionando, haciéndose más frecuente en el periodo Romántico y posteriores.
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Los intérpretes de música antigua, o intérpretes históricamente informados, suelen adherirse a las prácticas interpretativas de los periodos Barroco y Clásico, que incluyen un uso limitado del vibrato. Al imitar las técnicas y el estilo de esas épocas, intentan ofrecer una interpretación más auténtica y precisa de la música tal y como la interpretaron y pretendieron originalmente los compositores.
Hola, soy Maite, autora de este blog, profesora de violín y especialista en violín moderno y barroco. Leer más
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